CESAR, CARO Y DEMAS HERMANOS!!! GRACIAS POR LA TARDE QUE LE PERMITIERON VIVIR A MI HIJA, ME SORPRENDIO QUE CUANDO LLEGO ME DIJO, MAA ME RE GUSTO QUIERO VOLVER A IRRR, NO SABEN LA ALEGRIA QUE ME DIO ESCUCHAR EL CONTENTO DE MI HIJA.... GRAAACIASS!!!!! UN ABRAZO EN CRISTO
Parto desde este mail que me mandó esta mañana Chiqui, la mamá de Ayelén que participó del encuentro de jóvenes el sábado. Participaron unos 12 jóvenes, entre ellos estaba Belén (la hija de Adriana), Angelina Gross, Aldana, la hija de Edit y otros chicos que ya vienen acompañándonos del año pasado; además de algunos hermanos de la comunidad y el ministerio de música estuvo a cargo de Nico Olmos, Belén Arnaudo y la hermana de Nico (la verdad que nos sorprendieron por su docilidad y entrega!!! Gloria a Dios)
La oración se dividió en dos momentos:
Una parte intelectiva donde oramos Ex 14, 5-16:
Contemplamos al faraón persiguiendo a Israel y al mar delante frenando su paso: esto nos hizo ver las dificultades de nuestro camino cristiano, que a veces es difícil seguir a Cristo, pero Él no nos deja solos, nos manda a Moisés que guía, que alienta, que se deja usar por el Señor y Él obra el milagro: abre las aguas del mar que devoran al faraón y los 600 carros que perseguían a Israel. Cuando eso sucedió, salimos del salón comunitario y nos fuimos por la calle cantando (primero temerosos de hacer el “ridículo” pero después alegres de ir hacia la tierra prometida) hacia la capilla de las hermanas donde nos esperaba Jesús en el Santísimo (gracias Pochi y Mirta!!!)
Ahí comenzó la segunda parte de la oración: contemplamos Is 9, 1 (El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran Luz). Nos sentamos bien cerca de Jesús y fuimos orando a Jesús Luz, Amigo incondicional, cercano, conocedor de nuestro corazón, Jesús nuestra fuerza para salir adelante cuando nos persiguen nuestros faraones y el mar parece impedir el caminar. Cuando Jesús nos invito: “Vengan a mi los que estén cansados y agobiados”, hicimos el gesto de ir más cerca y animarnos a tocar la custodia, contarle a Jesús cara a cara lo que necesitábamos. Fue hermosa la participación de los chicos, el momento de intimidad con el AMIGO, todos se animaron a acercarse más y dejarse mirar por Él.
Después de ese momento tan hermoso, Pochi reservó el Santísimo y en medio de las alabanzas volvimos al salón comunitario donde hicimos un pequeño discernimiento y compartir comunitario de masitas y mates. La verdad que el compartir siempre es enriquecedor para todos, ver tantos jóvenes desde 13 hasta jóvenes de más de 60, una joyita del Señor que nos regaló, risas, charlas, deseos de que esto se repita (pedido de Aldana y la hija de Chiqui)
Todo esto nos da fuerzas para seguir consolidando este ministerio, para seguir dándole para adelante desde nuestras limitaciones y miedos, Dios siempre obra y hace bien todas las cosas. Personalmente me hizo mucho bien, me sentí muy bien, confirmando el agrado que me produce el trabajar con los jóvenes y el deseo de seguir dando lo mejor que uno puede dar para que el Señor haga el resto.
Como siempre digo, perdón por ser tan largo pero quería compartirles lo que vivimos el sábado para que todos nos gocemos en la obra del Señor, de cómo El pone este tesoro en vasijas de barro, como los frutos se siguen viendo, van madurando, ya están listos.
Dios los bendiga
Cesar
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